Como la aplicación de la norma nacional está frenada, la iniciativa sólo funciona en algunos distritos.
La Ley 26.396 “declara de interés nacional la prevención y control de los trastornos alimentarios”, y fue sancionada en 2008. Al año siguiente se le incorporó un artículo que decía que “los quioscos y demás establecimientos de expendio de alimentos dentro de los establecimientos escolares deberán ofrecer productos que integren una alimentación saludable y variada”. Sin embargo pasaron 8 años y aún no fue reglamentada.
Pese a todo, en 2009 se aprobó una resolución ministerial que incluyó en el PMO (Programa Médico Obligatorio) los tratamientos médicos, farmacológicos y quirúrgicos de la obesidad, uno de los puntos centrales de la ley. Y desde el Ministerio de Salud de la Nación le dijeron ayer a Clarín “el Ministerio creó en junio del año pasado el Programa Nacional de Alimentación Saludable y Prevención de la Obesidad que depende de la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No transmisibles”. Y que desde allí “una de las prioridades es discutir estándares normativos para reducir el entorno escolar obesogénico y garantizar que la escuela promueva hábitos saludables”.
De todas maneras algunas provincias y ciudades tienen sus regulaciones sobre quioscos y comedores saludables. Por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires existe la ley 3.704 de “alimentación saludable” que busca “promover hábitos saludables en la población escolar”. Allí se establece que los quioscos básicos ofrezcan a los chicos barras de cereal, alfajores a base de arroz, frutas secas, semillas y agua mineralizada, entre otros alimentos. “En los 730 edificios escolares hay unos 130 kioscos, buffet o cantina de los cuales un 30% es del área primaria, el resto es de la secundaria”, dice Gonzalo Lazzarín Lima, Director General de Servicios en las escuelas de Capital. “En los desayunos de nuestras escuelas tres veces a la semana les damos la copa de leche y los otros dos días , yogurt. Y se acompañan con vainilla, madalena, panificado de ricota, barrita de cereal y cereales que van con el yogurt. También acompañamos el menú del almuerzo con verduras”, agregó.
Chaco, Misiones, San Luis, Tierra del Fuego, Corrientes y La Pampa tienen leyes provinciales que regulan la alimentación saludable mientras que varias capitales y localidades tienen ordenanzas que van en el mismo sentido. En la provincia de Buenos Aires, afines de 2014 la cámara de Diputados bonaerense aprobó un proyecto para establecer la “comercialización de alimentos saludables en todos los kioscos y bufettes de establecimientos escolares”. Preveía sanciones para los infractores. Fue aprobada en la Cámara de Diputados, pero nunca se trató en Senado y está frenada.
En las escuelas bonaerenses se promueven iniciativas puntuales. El año pasado, un proyecto pedagógico llevó los kioscos saludables a tres establecimientos de Carhué, en el partido de Adolfo Alsina. La escuela Anexa de la UNLP, tiene desde hace diez años un proyecto similar y también se replica en el Colegio Nacional de esa universidad. Equipos de la Provincia, municipios e instituciones especializadas en nutrición infantil consensuarán además un nuevo menú obligatorio para todos los comedores escolares que garantice un piso mínimo de nutrientes, para promover hábitos más saludables, en una iniciativa que, según aseguraron las autoridades bonaerenses, es “inédita” en el distrito. A los comedores de Provincia asisten más de un millón de alumnos de primario e inicial.
Amén de las leyes, Fabiana González (que es psicóloga especializada en nutrición), le dijo a Clarín que “lo mejor para llevar a la escuela y comer a media mañana es una fruta”. La responsable del Dieta Club Alto Recoleta Cormillot también alertó: “Debe haber un trabajo arduo de los padres porque si un nene lleva dinero a la escuela no compra fruta. Por eso es mejor que no lleve plata y le armen la vianda en casa”. También aseguró que “en los comedores del colegio los chicos engordan mucho. Allí no le miden la porción y le ofrecen algo ilimitado. Les dan muchas harinas e hidratos de carbono”.